En febrero tuvo lugar en el Centro de Convenciones la magna realización de la Exhibición Internacional del Libro de Taipéi (TIBE), la más grande en su género en el continente asiático y que en sus seis días de duración congregó en ésta, su XXVII edición, a 580 mil visitantes y a más de 700 exhibidores, 400 de ellos internacionales provenientes de 52 países.

 

La Oficina de Enlace de México participó con un espacio de exhibición marcadamente favorecido por los visitantes, en pabellón compartido con otras cuatro oficinas de representación de países iberoamericanos: Argentina, Chile, España y Perú. En su área de exposición, México exhibió títulos de literatos nacionales tanto en español como en traducciones al mandarín, obras de historia, arte y cultura mexicana y publicaciones editadas por el Acervo Histórico Diplomático y por el Instituto Matías Romero de la Cancillería.

 

Singular punto de relieve de la presencia de México fue la presentación cultural el día de cierre de la TIBE, cuando bajo la conducción del pintor mexicano Raúl Gasque se realizó el taller artístico-interactivo que denominamos “¿Cómo deconstruir una maraca”? Según explicó el artista a los asistentes a la feria que voluntariamente se incorporaron al experimento, la maraca, instrumento tradicional de percusión mexicano y latinoamericano, habría de ser utilizado como metáfora para transformar a ese cliché identificado con el sonido y nuestra cultura, en algo diferente y novedosamente creativo. Así, luego de mostrar libros de arte con obras de Kahlo, Tamayo y Orozco a los participantes, se les pidió identificar a cada uno de ellos con un color; en ese mismo orden: azul para Frida, verde para el maestro oaxaqueño y rojo para el jalisciense. Acto seguido, se les dotó de una maraca de madera y de pintura de su color/artista seleccionado, a fin de que convirtieran a cada una de sus maracas en un pincel con el cual aportaron trazos abstractos en un lienzo que se colocó en el área internacional de la Feria llamada “International Bar” -inmediatamente adyacente al pabellón de México-, donde se efectuó el taller. Mientras unos pintaban, tomando turnos, el resto acompasaba haciendo sonar su maraca al mismo ritmo.

 

Los participantes, de todas edades, llevaron consigo su maraca como recuerdo de su aportación, en tanto que el lienzo quedará como memoria de ese diálogo creativo y cultural en el acervo de la Oficina de Enlace y será enmarcado para su permanente exhibición en el área de atención al público. 

 

 

La emisora radial ICRT -que este año celebra su 40 aniversario de fundación- organizó por tercer año consecutivo, junto con la organización “Latinos Taiwán” el “Carnaval Taipéi 2019”, que congregó en la popular “Plaza Maji” del Flora Expo Park a miles de personas motivadas por tener un acercamiento a la música, gastronomía, producción artesanal y bailables tradiciones de diversos países de América Latina y el Caribe representados en Taiwán.  

 

México desplegó una doble actividad, con ánimo de garantizar la decorosa y significativa presencia de nuestro país: mediante la entusiasta participación de miembros de la comunidad mexicana residente en Taiwán se mostró con gran decoro la música, el folklor y la gastronomía de nuestro país. Adicionalmente, la Oficina de Enlace montó un pabellón en el cual puso a disposición del público como principal atractivo y actividad, un sencillo pero significativo instrumento de percusión por excelencia propio de México y del resto de Latinoamérica: maracas de madera. Al propio tiempo, y con el fin de propiciar la interacción lúdica y el diálogo cultural, ofreció a asistentes el acceso a pinceles y pintura y les invitó a decorar el instrumento según su propio gusto e inspiración.

 

Con ello se aseguró que el pabellón de México fuera de los más socorridos, donde los visitantes de todas las edades aguardaron pacientemente su turno para tener oportunidad de interactuar con nuestro país mediante la decoración de su maraca, misma que posteriormente llevaron consigo como recuerdo de la experiencia.

 

Los miembros de la comunidad mexicana, por su parte, representaron en ambos escenarios del festival, cánticos y bailables nacionales, con lo que brilló la riqueza de nuestra música y folklor. Igualmente importante fue la presencia de nuestra gastronomía, presentada también por miembros de la comunidad mexicana.

 

 

Todo esto fue ampliamente disfrutado por los asistentes, a quienes la fuerte lluvia experimentada ese fin de semana no disuadió de asistir a este evento anual único en su género que está en vías de convertirse en una popular tradición de la capital taiwanesa.